El
pasado 30 de Junio tuvo lugar la primera investidura de la OCCTJ, en
la cual se invistieron una dama y tres caballeros templarios.
El
día 29 de junio, coincidiendo con la festividad de San Pedro, los
cuatro postulantes emprendieron un camino iniciático por un antiguo
enclave templario, que les condujo hacia la capilla en la cual se
realizó la vela de armas. Los postulantes no sólo realizaron el
camino a pie, sino que hicieron un recorrido por su interior, para
preparar su alma , hacia un nuevo renacer. Los postulantes,
estuvieron velando sus armas hasta las primeras luces del alba.
Al
día siguiente se realizó la investidura en el Oratorio de San
Felipe Neri en Porreres. Después de la ceremonia privada, se celebró
una misa , tras la cual, se realizó la investidura pública.
Ambas
ceremonias fueron muy emotivas, espirituales y fraternales. En todo
momento nos vimos arropados por el cariño y la buena disposición de
los Hermanos de San Felipe, y en especial a la desinteresada, pero imprescindible ayuda de nuestro capellán y guía espiritual el Padre Xisco Novella.
Los
asistentes a la misa y ceremonia mostraron un gran interés por la
Orden del Temple y por nuestras actividades.
Posteriormente
se celebró una cena de fraternidad en El Molí de'n Negre, lugar
también ideal para un acontecimiento tan especial.
Desde
Templebalear queremos dar las gracias a todos los que han hecho
posible estos momentos tan entrañables y agradecer también a todos
aquellos que han demostrado su interés en formar parte de la Orden.
Nos
sentimientos orgullosos, y damos gracias a Dios, por los nuevos
Hermanos, por su calidad humana , por su deseo de trabajar
activamente para la Orden del Temple, por su humildad, por su Fe, por
su gran corazón. Demuestran ser auténticos ejemplos para los
futuros Hermanos.Nos hemos visto enriquecidos por su incorporación,
pues sentimos que con personas así, la Orden del Temple volverá a
recuperar el lugar que se merece.
FELICIDADES
HERMANOS.
NON
NOBIS DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIAM.
Queremos dar las gracias a Luis Enrique San Martín por sus fotografías.