El pasado 14 de mayo, la OCCTJ ha reclamado por escrito al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, un compromiso real para acabar con la persecución religiosa de cristianos, especialmente en África y países de Oriente Medio.
Junto al rechazo y condena del secuestro, violación y privación de todos sus derechos de las jóvenes nigerianas, a cargo del grupo islamista Boko Haram, les reclamamos su atención ante una situación que se repite con demasiada frecuencia sin que por parte de la ONU y Europa se le preste mucha atención, el asesinato, persecución y privación de sus derechos a cientos de miles de cristianos que viven en países de mayoría islámica, o bajo la presión de grupos fundamentalistas.
Según el informe anual de la organización Open Doors, 2.123 cristianos murieron a causa de sus creencias en 2013, y todo apunta a que fueron muchos más los crímenes cometidos no incluidos en el informe.
Ante tamaño genocidio, que al mismo tiempo produce el éxodo de miles de personas que buscan la seguridad que no se les garantiza en su país, Occidente mantiene un escandalizador silencio, en algunas ocasiones un tímido gesto de protesta, pero sin actuar firmemente para garantizar la libertad y el derecho de las personas, argumentos que sí han sido utilizados en otras ocasiones para actuar con firmeza y decisión.
La OCCTJ reprochamos a Ban Ki-moon que Naciones Unidas, que nació para garantizar el derecho internacional, buscar la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos, permanezca de brazos cruzados ante el genocidio de cristianos por el mundo. De la misma forma que damos un toque de atención a Durão Barroso, para que Europa, que ha hecho de las libertades y los derechos humanos la base donde sustenta su propia creación, trabaje más activamente y realice mayores esfuerzos para acabar de una vez con esta situación que nos avergüenza como pueblo civilizado.
La atención mediática que ha obtenido el caso de las niñas nigerianas, ha obligado a muchos países europeos y a EE.UU. ha prestar algo de atención, colaborando militar y policialmente, para resolver el secuestro de forma positiva, pero no atajar el problema de raíz, evitando vuelva a producirse.
De la misma forma la OCCTJ reconocemos las acciones llevadas a cabo por Mariano Rajoy, que no sólo ha ofrecido ayuda especializada para la liberación de estas jóvenes, sino que a instancias del Gobierno de España, Europa ha aprobado una resolución unánime de condena, pero sigue siendo insuficiente para atajar el problema en su raíz. Es por ello que los templarios españoles de la OCCTJ reclamamos a Rajoy que defienda en todos los foros internacionales donde esté representada nuestra nación, el derecho de los cristianos a poder practicar libremente su fe en cualquier parte del mundo, sin sentirse intimidados o amenazados de muerte y que, siguiendo la norma diplomática de la reciprocidad, se exija a estos países el cumplimiento de las leyes internacionales y los mismos derechos y libertades que nuestro país garantiza al culto islámico.
Ningún país que base su constitución y sus leyes en los principios fundamentales de la libertad y los derechos de las personas, puede permitir que estas situaciones ocurran en otros lugares del mundo, ni que por otros intereses se invoquen estos derechos y en el caso del genocidio cristiano se mire para otro lado. En consecuencia pedimos que nuestro Gobierno realice todos los esfuerzos diplomáticos necesarios para acabar con el mayor genocidio del siglo XXI.
También han sido remitidos escritos en similares términos, dentro de las competencias de cada autonomía, a los presidentes de las diferentes comunidades autónomas españolas. Al radicar la central de la OCCTJ en Palma de Mallorca, al presidente del Gobierno de las Islas Baleares, José Ramón Bauzá Díaz, además se le ha solicitado una audiencia para hacerle entrega en persona del escrito.
++ Non Nobis Domine, Non Nobis, Sed Nomine Tuo Da Gloriam ++
